El 2020 ha sido un año que marcará un antes y un después en la historia de la humanidad. De esto ya he hablado en este otro artículo con mas detalle. Tras este año tan extraño que ya ha concluido, me gustaría reflexionar sobre lo que puede depararnos el mañana en un corto – medio espacio de tiempo.
La situación vivida en este 2020 dejará gran cantidad de empresas “zombies” que deberán reinventar sus modelos de negocio en lugar de seguir sostenidas por préstamos. En breve, seremos ayudados por fondos europeos y nuestro compromiso será el de intentar transformar España, potenciando la aparición de startups, con modelos de negocio sostenibles.
Los diversos estudios que he podido examinar, reflejan cómo éstas, han acelerado la definición e implementación de sus estrategias debido a este fenómeno. Aquellas organizaciones que han adoptado metodologías y culturas agiles y de innovación, han sido capaces de absorber y adaptarse, a los nuevos requerimientos, mejor y con un éxito mayor, que aquellas que no lo han hecho.
Se observa un cambio en las tendencias de la sociedad y una aceleración de parte del tejido empresarial, hacia el aumento en la digitalización de sus productos y automatización de tareas, tras los meses de marzo y abril de 2020, siendo más notable hacia los meses de final de año, viéndose una velocidad aún mayor en este 2021.
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Aquellas organizaciones que han adoptado metodologías y culturas agiles y de innovación, han sido capaces de absorber y adaptarse, a los nuevos requerimientos de la sociedad, mejor y con un éxito mayor, que aquellas que no lo han hecho.
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A pesar de las circunstancias y de que numerosos negocios hayan tenido que cesar sus actividades debido a la naturaleza de los mismos, sin lugar a dudas, ya es un hecho, la pandemia mundial ha aligerado el proceso de transformación de las empresas y administraciones a una velocidad que no hubiese sido posible en circunstancias normales.
Se han acelerado los procesos de Transformación Digital y la digitalización de los procesos de interacción humana, esto es, se abren nuevas oportunidades bajo el concepto de “Low Touch Economy” o economía del bajo contacto, caracterizada por la implantación de sistemas que automatizan muchas de las tareas que anteriormente, se realizaban de una forma más manual.
El impulso que han tomado sectores como fintech, insurtech, que ya se encontraban en estadios avanzados, y otros como el de la salud o el educativo, despegarán mucho más fuerte, sin olvidar la ciberseguridad, la movilidad, la logística o el sector legal (legaltech)
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¿Qué Preocupa al Usuario?
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El Coronavirus ha cambiado nuestras vidas por completo. La percepción de los usuarios es diferente y su comportamiento frente al consumo de productos o servicios también ha cambiado.
Recordemos que las empresas también están formadas por personas con estas mismas sensaciones. El cuidado y protección frente al virus ha originado nuevas preocupaciones y, por supuesto, nuevas necesidades del mercado.
La sensación de vulnerabilidad y preocupación por la salud se ha visto incrementada enormemente, lo que afecta a sectores como la movilidad, la alimentación, el inmobiliario y otros colaterales como la educación.
La necesidad de seguir relacionándonos socialmente es un hecho que forma parte del ser humano y no por ello hemos dejado de hacerlo, el número de videollamadas y otros sistemas para ello se ha visto enormemente incrementado así como otros sistemas de realidad virtual que se verán engrosados en un corto espacio de tiempo y que, además, vendrán para quedarse.
Todas estas necesidades generan tremendas, oportunidades en un nuevo mundo en el que el COVID19, esculpirá nuevas costumbres y forma de hacer las cosas. Ante toda crisis siempre surgen nuevas fórmulas que deben centrarse en el usuario y mejorar la vida y la experiencia de las personas.

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Estado Actual del Emprendimiento
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El ecosistema emprendedor en España se encuentra en un buen momento para promover nuevos proyectos. La financiación dirigida a iniciar y validar nuevas ideas se ha visto incrementada y el número de aceleradoras e incubadoras ha aumentado en el último año.
Ciertos estudios desvelan que hoy en día, ser emprendedor se está profesionalizando, es decir, el último año solo el 1% de los emprendedores estaba en situación de desempleo antes de crear su proyecto, con lo cual demuestra que no emprende por necesidad.
También se ha visto de manifiesto, que el 62% de los emprendedores en España, ya había montado anteriormente otra startup, con lo cual es una garantía de éxito debido a que las probabilidades de un nuevo fracaso disminuyen. A pesar de que la financiación aumenta en fases semilla, las grandes rondas de inversión disminuyen, lo que hace que el volumen total en inversiones disminuya ligeramente.

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El ecosistema emprendedor en España goza de un buen momento. El número de inversiones en fases iniciales se ha incrementado.
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Desde mi punto de vista este aspecto no es para nada desalentador, con ello se consigue diversificar la puesta en marcha de numerosas nuevas ideas para testar cuanto antes en el mercado en lugar de cifras millonarias que hagan crecer los negocios ya validados. Esto significa que se intentan cubrir numerosos problemas en la sociedad y que existen más probabilidades de que surjan nuevas startups con buenas soluciones en el mercado. Para mi, esto son grandes noticias, el mundo emprendedor empieza a verse de forma diferente, la cultura se encuentra mucho más madura que cuando yo comencé hace 10 ó 15 años y la pandemia ha conseguido deslocalizarlo.


Además de ello, el Gobierno de España ha presentado hace pocos días su proyecto de «España Nación Emprendedora», un paquete con 50 medidas para impulsar el sector de las startups, con la generación de nuevas incubadoras, aceleradoras y toda una estrategia para intentar posicionarnos a la altura de Europa. Espero que estos fondos no desaparezcan por arte de magia y terminen siendo pasto de como casi todo, fotos en los periódicos del «político de turno» y poco más. A pesar de ello, al menos la concienciación y los skills del pueblo en general, espero que se vean incrementados.
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Organizaciones y Empresas
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El mundo empresarial, en general, se ha visto sacudido por la crisis. El INE, ha confirmado una fuerte contracción de la economía española durante el 2020, producida por la paralización de muchas de las actividades del tejido empresarial.
Para un 74% de las empresas, la pandemia va a suponer una disminución de los ingresos previstos, frente a un 9% de empresas que incrementarán sus ingresos. En general, la principal prioridad ha sido la aceleración de estrategias hacia la adopción de la Transformación Digital, cuyos grandes pilares residen en la cultura y la reestructuración organizativa.
El cambio en las formas liderazgo, es vital con el objetivo de un impacto directo en el éxito hacia la transformación, avanzando hacia un tipo de estructura más plana, promoviendo la cultura “bottom up” que fomenta la proactividad de los trabajadores desde equipos ágiles y dota a estos, de la autonomía necesaria que permita adaptar los productos o servicios de la compañía a la rápida transición del mercado sufrida.
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Tan solo un 38% de las empreas encuestadas por INCIPY, cuenta con un CRM para la gestión de sus clientes.
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La Transformación Digital requiere la revisión permanente de nuestro modelo de negocio, en base a los cambios en el mercado y en el uso de nuevas tecnologías que, incrementen nuestra propuesta de valor hacia él y que además, hagan eficientes nuestros procesos para optimizar la entrega de la misma.
Aún así, todavía me parece un dato relevante, ver que la gran mayoría de las empresas carece de un CRM (Customer Relationship Management), analítica en web o redes sociales.Según la consultora INCIPY, resultados las encuestas realizadas en 2020, tan solo un 38% de ellas, contaba con un CRM para la gestión de sus clientes. Con el consiguiente hecho que supone ofrecer una mejora en la experiencia al cliente y detección de nuevas necesidades.
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Nuevas Oportunidades
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Desde mi punto de vista y no considero que sea una frase hecha, detrás de cada crisis existen grandes oportunidades.
Para el caso de las organizaciones, es vital poner en marcha mecanismos por los cuales llevar a cabo procesos de innovación y transformación continua que permitan aprovechar al máximo el talento y el potencial creativo de cada integrante de las organizaciones.
Tal y como he comentado en otras ocasiones, entre ellos destacan la implantación de la startup como unidad atómica de trabajo, la cual debe gozar de flexibilidad suficiente como para experimentar y tomar decisiones. El trabajo en equipo y el empoderamiento de los integrantes, son factores clave que el tejido empresarial debe tener en cuenta, si desea aprovechar esas oportunidades que en estos momentos pueden surgir en el mercado. Para que esto sea posible, la organización debe trabajar en la cultura, las estructuras organizativas y el talento. Algo fundamental si queremos aprovechar la verdadera implantación y potencia que pueden ofrecer las metodologías ágiles y de innovación, así como el uso de tecnologías disruptivas que mejoren la propuesta de valor al cliente.
Otro camino que debe ser aprovechado por las empresas, dentro de su camino hacia la transformación digital es la innovación abierta, de la cual he hablado también en otros artículos. Se basa en el modo en que las empresas se relacionan y cooperan con otras (empresas o startups), combinando los conocimientos internos con los externos. Ello supone dar el salto de usar el conocimiento individual al colectivo como fuente principal de valor y creación de activos.
Este momento del bajo contacto entre nosotros impuesto por las nuevas necesidades sanitarias, se ha definido un ecosistema que reduce las interacciones físicas al mínimo, lo que ha traído nuevos comportamientos y cambios permanentes en los humanos y los negocios que rodean a los comercios, restaurantes, industria, etc.
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Detrás de cada crisis existen grandes oportunidades y no considero que sea una frase hecha.
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Y en contra de lo que la mayoría quizá pueda pensar, no se trata de un estado transitorio. La sociedad ha intentado re-establecer una nueva normalidad asentando las bases sobre los antiguos cimientos de la humanidad ahora obsoletos. Necesitamos construir unas nuevos “cimientos” que sustenten la nueva economía del futuro. Las escuelas, los espectáculos, el turismo masivo, la restauración o la movilidad compartida han quedado atrás y si no se transforman hacia la digitalización, no tienen cabida en la nueva economía que nos espera.
Creo que la información que existe en la red de internet puede servirnos de indicadores sobre las nuevas necesidades que se plantean en esta nueva normalidad en la que estamos inmersos y con respecto a ello, he considerado tener en cuenta en este artículo, lo que son 7 tendencias o megatendencias que he podido observar y aglutinar, aunque posiblemente puedan cambiar en unos meses debido a la dinamicidad de los mercados.
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1. Cohesión territorial y social.
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En este sentido, se debe reforzar el estado del bienestar compuesto por la educación, la sanidad y servicios sociales, así como la economía de los cuidados. Sin cohesión social, no es posible lograr un crecimiento económico sólido y sostenible. Crear lazos de unión entre miembros de una comunidad territorial y favorecer su acceso equitativo a servicios, eliminar desigualdades de diferente índole, como la de género que la crisis de la Covid la ha elevado aún más a niveles de ocho años atrás aproximadamente.
Aunque el concepto lo podemos extender a cualquier tipo de brecha, sea de género, socioeconómica, generacional o territorial. Se debe garantizar la igualdad de oportunidades, donde el talento y la determinación sean las principales claves del éxito.
La despoblación de entornos rurales debido a la falta de servicios, podría estar incluida en este punto, aspecto preocupante en nuestros días, aunque la situación actual puede favorecer a paliarlo de algún modo como veremos.

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2. Puesto de Trabajo
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La nueva situación se ha redefinido la forma en la que concebimos el trabajo y todo lo que conlleva. En el pasado ya hablé sobre esto en el artículo «El trabajo del futuro» y este aspecto se ha visto enormemente acelerado. Aquí podríamos tener en cuenta la deslocalización del talento y del puesto de trabajo en tiempo y lugar, así como los nuevos sistemas de auto-organización y autogestión y la demanda de nuevas habilidades o skills más digitales hacia los individuos que persigan seguir siendo demandados por las empresas.
En el mundo más digital en el que nos adentramos, las personas deberán reinventarse y adquirir nuevos conocimientos. En un corto periodo de tiempo, será vital la implantación de programas fácilmente accesibles para la sociedad que ayuden a su reconversión y reinserción en la fuerza laboral.
Otro punto a destacar, el éxodo de las ciudades a las zonas rurales puede mejorar el punto 1 en cuanto a la repoblación de estos entornos. Ya existen numerosas iniciativas para promover el teletrabajo desde casas apartadas en pueblos rodeados de naturaleza, donde por cierto, se es mucho más productivo que en las ciudades.
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3. Democratización y uso de la tecnología.
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La tecnología se ha convertido en imprescindible en nuestras vidas. Hemos atravesado el «punto de no retorno» y ha supuesto un salto exponencial en la forma de construir nuevos modelos de negocio.
La tendencia cada vez mayor del código open source o la aparición de herramientas “no-code” han desencadenado la democratización del uso de la misma y la automatización de muchas tareas. Librerías como TensorFlow o Keras, o herramientas como MonkeyLearn o BigML, son ejemplos dentro de la inteligencia artificial.
La tecnología es un aspecto transversal que posiblemente afecte a los demás puntos expuestos aquí, incluso para aspectos negativos. Es el causante de otro tipo de desigualdad dentro de la sociedad (punto 1) que ofrece suculentas ventajas a las personas que la usan y castiga de algún modo a las que no lo hacen, aumentando el aislamiento social y creando desventajas que pueden influir en la economía de éstos.
La seguridad es un aspecto bastante importante y que lo será mucho más en estos próximos años. Con la aparición de la 5G y la tendencia a la conexión de las cosas (IoT) o smart (inteligente), pone de manifiesto la ciberseguridad de los sistemas tan vitales como los estatales, la sanidad o la energía.
El 23 de septiembre del pasado año, se verificó a la primera persona que fallecía a causa de un ciberataque de ransomware en el Hospital Universitario de Düsseldorf (Alemania).
La distancia y el teletrabajo han hecho proliferar procesos online que conllevan más controles de autenticación, la veracidad de identidades, documentos o del problema de las “fakes news”. Ya se están poniendo medidas para paliar este tema, que para mi, es bastante preocupante.
La tecnología de cadena de bloques o blockchain puede contribuir a esos problemas de datos inaccesibles, problemas de privacidad, “datos sucios” y la temida seguridad informática. El blockchain se encuentra en el momento de su explosión en este 2021, donde se producirán negocios a su alrededor como la tokenización de los bienes, smartcontracts que contribuyan a eliminar pasos intermedios de forma segura, reducir burocracia, eliminar costes asociados y otros muchos nuevos modelos de negocio que pueda traer.
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4. Transición Ecológica
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Nos encontramos inmersos en la mayor crisis ecológica que el hombre ha conocido jamás y esta transición hacia “lo verde” se ha convertido en uno de los grandes retos a los que la sociedad se está enfrentando actualmente y que marcará los próximos años. La sostenibilidad cada vez está más presente en la mente de los consumidores. Los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) contribuyen a esa sostenibilidad y proporcionan a las empresas una guía para establecer sus hojas de ruta y configurar sus estrategias en torno a los objetivos en los que tienen capacidad de influencia. Alinear el negocio a los ODS permite identificar nuevas oportunidades de mercado y desarrollar productos innovadores que converjan hacia nuevos modelos de empresa inclusivos y sostenibles.
Las políticas que acompañan la descarbonización y la digitalización, hacen en su conjunto que impacten de forma transversal en numerosos sectores como la movilidad, la energía o el turismo entre otros.
La tendencia hacia las cero emisiones y la movilidad individual o higiénica derivada de la pandemia, están redefiniendo las ciudades con carriles destinados a bicicletas o patines, a medida que las personas comenzaron a evitar los transportes públicos. La micromovilidad y además eléctrica, trae nuevas necesidades como pequeñas baterías que es un aspecto importante a cubrir.
En cuanto al consumo de energía y la visión de un mundo con cero emisiones netas empieza a adquirir forma y la energía solar se convierte en el foco de atención.
Las leyes cambiantes y la tendencia hacia la servitización, han impactado de tal forma en el mercado que han hecho que hoy el usuario pueda disponer de una instalación de paneles solares destinadas al autoconsumo de una vivienda, bajo una pequeña cuota mensual o que disponga de la posibilidad de adquirir alguno de ellos de forma fácil en grandes superficies.
Las redes eléctricas actuales, también se deben transformar hacia redes dinámicas enernet que puedan gestionar la energía como si de la red de internet se tratase. A su vez debe tratarse de una red segura que mitigue los riesgos que provengan o puedan ser producidos por los ciberataques.
El cambio que se avecina en este punto es enorme. Hace poco leía y compartía en mi red de Linkedin, una noticia que me sorprendió. Una startup irlandesa estaba extrayendo el dióxido de carbono de la atmósfera y para convertirlo en piedras. Otro ejemplo es la Startup Greemko que calcula automáticamente la huella de carbono que producimos.
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5. Economía de la Colaboración
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La economía colaborativa no es nada nuevo, pero la cultura “open” que existe en estos momentos en la sociedad, ha ido evolucionando en el tiempo y la situación actual que vive la misma que mira hacia el ahorro, el desarrollo sostenible, la gestión de recursos y los beneficios medioambientales que aporta, harán favorecer la aparición de nuevos modelos de negocio alrededor de esta filosofía.
La conciencia actual favorece el conocimiento abierto en forma de cursos, el consumo colaborativo desde la casa, el coche, o casi cualquier cosa, las finanzas como los seguros colaborativos, hasta incluso trabajadores “on demand” con ejemplos como Freelancer o Workana.
Los modelos de suscripción son cada día una tendencia más al alza, ya que el consumidor ha cambiado las preferencias de “poseer” hacia el de la utilización de los mismos sin necesidad de adquirirlos, este aspecto unido a la colaboración es una tendencia al alza que podemos aprovechar para el planteamiento de nuevos modelos.
Otro punto quizá que posiblemente podemos destacar es el desarrollo Open Source, que según los últimos estudios, se ha demostrado que la Unión Europea ahorra 95.000 millones de euros, gracias al uso del código abierto. Otro dato interesante es lo que supondría aumentar el número de desarrolladores Open Source en un 10%, lo que ayudaría a aumentar el PIB de la Unión Europea en casi 100.000 millones de euros, contribuyendo a crear cerca de 1.000 startups tecnológicas.
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6. Nuevas regulaciones
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Debido a la incertidumbre política y las consecuencias de la globalización de la economía, surgen constantemente nuevas regulaciones. Este aspecto unido a los servicios remotos que se han impuesto y otros nuevos que aparecerán, ofrecen nuevas posibilidades de negocio, por ejemplo, nuevas herramientas de diagnóstico de la salud, unida al mercado de los datos puede ser de gran ayuda como servicio para otras compañías, como aseguradoras.
Igualmente, puede ocurrir con la tendencia del modelo de teletrabajo mixto, esto es, muchas de las compañías están optando por este modelo de algunos días en la oficina y otros tantos en modo teletrabajo. Las normas en cuanto alejamientos social, están convirtiendo los centros de trabajo en algo diferente, con métodos de seguridad más exhaustivos en las entradas a los edificios. Automatizar todo este proceso es un nicho que se ha abierto y puede dar lugar a grandes oportunidades. Soluciones como la verificación biométrica a distancia, geolocalización indoor o menos tecnológicas como reestructuración de la oficina como un espacio diferente.
Otro tipo de situaciones que han proliferado nuevos modelos de negocio son las gestiones de los departamentos institucionales. Los tribunales, los departamentos de justicia o la seguridad social deben seguir trabajando de forma más remota con citas online más efectivas y con una mejor experiencia para el usuario, al igual que la ciberseguridad, aspecto que ya he hablado en este artículo y que hemos visto recientemente con la caída del portal del SEPE.
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7. Nuevas Necesidades del Usuario
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Tal y como he adelantado en otras ocasiones en mis redes y otros artículos, las nuevas costumbres han llegado para quedarse. Hemos desarrollado nuevos hábitos donde nos hemos vuelto más hogareños y por consiguiente han aparecido grandes tendencias derivadas de la mejora del bienestar en casa, como la de las pequeñas reformas del hogar tanto en habilitar zonas destinadas al teletrabajo como otras de esparcimiento, así como otras para ejercitar la mente y el cuerpo. Como consecuencia, los negocios relacionados con materiales de construcción, baños, cocinas, etc han tenido en general un repunte al igual que las máquinas para realizar ejercicios.
Otro aspecto derivado de estar más tiempo en casa es el aumento de la demanda en sistemas de trazabilidad. Los usuarios han comenzado a comprar de forma online de manera masiva, incluso personas que antes no lo hacían. Es de vital importancia ofrecer ese seguimiento, hasta incluso, trazabilidad orientada a la procedencia de los objetos y alimentos inclusive. El usuario cada vez requiere de más información, feedback sobre ello y transparencia en la cadena de suministro.
La experiencia en la entrega de los productos y/o la compra en casa, también es un aspecto que puede traer nuevos modelos de negocio. El usuario tenderá a diferenciar servicios con buena experiencia de usuario que ofrecerá un supermercado vs otro que no lo haga y en el momento de la entrega (punto de contacto del servicio con el usuario) sea un aspecto diferenciador. Tenderan a aparecer nuevos procesos logísticos con servicios automatizados, que mejoren esta experiencia.
En este último punto es posible dejar un espacio abierto a nuevas necesidades y oportunidades que aparecerán como ocurrió con el smartphone.
La Transformación Digital, no ha sido incluida en ninguno de los puntos anteriores. Desde mi punto de vista es algo que va intrínseco a todos ellos y creo que se trata de una consecuencia de adaptar los negocios actuales a los nuevos contextos en los que estamos inmersos. Es algo vital que, de no ser así, las organizaciones que no lo lleven a cabo “morirán” irremediablemente, con lo cual no lo he considerado como una mega tendencia.
Es cierto que la transformación como consecuencia de la pandemia, ha alcanzado una velocidad tremendamente mayor que si no hubiese ocurrido e incluso posiblemente, ciertos aspectos nunca se hubieran alcanzado. Las organizaciones se encontraban “dormidas” y absortas en su día a día de reuniones, intentando hacer escalar sus modelos y olvidados por completo del usuario, pero este tema lo dejaremos para otro día…..
Para finalizar, os dejo con uno de los videos que más me impactó a finales del año pasado. Llevamos mucho tiempo hablando de la automatización de tareas, desde puramente software mediante algoritmos que eviten muchas de las tareas repetitivas que hacemos, hasta robots que ejecuten mmuchos de los cometidos en cadenas de producción o similar.
Los robots de Boston Dynamics bailando, son prueba de ello.