En el artículo «Covid 19 – El Detonante Del Gran Cambio», hablé de la manera en que la sociedad y la economía capitalista actual avanzan hacia un profundo cambio. El uso de monedas digitales o criptomonedas está sirviendo como acelerador en el desenmascaramiento de los sistemas obsoletos.
Quizá en estos últimos años has oido hablar de Bitcoin u otras criptomonedas en auge como el Ether, las cuales no están respaldadas por ningún gobierno o entidad reguladora como un banco o compañía como Paypal, si no que se basan en esquemas criptográficos inteligentes que permiten asegurarnos de que el dinero que recibimos es verdadero.
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Un poco de historia de las monedas digitales o criptomonedas
El intercambio o trueque de objetos en los seres humanos es una de las actividades más primitivas de todas las culturas desde que existimos y en algunas partes del mundo aún se sigue practicando como modo de compra habitual.
Debido a los problemas que originaba el trueque por las disputas para ponerse de acuerdo en el valor de las mercancias, se buscó un patrón estándar. Posteriormente diversos elementos tomados de la naturaleza fueron utilizados como medida de valor o patrón de referencia como las conchas, el cacao, la sal, las pieles, las especias y lo que todos conocemos, los metales preciosos como la plata y el oro.
La sal fue un producto imprescindible para conservar alimentos y de dónde procede la palabra “salario”.
En Oriente, sobre el tercer milenio A.C, se usaban metales con el fin de hacer más fácil estas transacciones. Poco a poco el uso de los metales como forma de pago se extendió al Mediterráneo, aceptándose como «dinero» que proviene de la palabra en latín «pecus» cuyo significado viene a ser «ganado».
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A lo largo de la historia, el hombre ha usado diversos métodos y medidas de valor con elementos procedentes de la naturaleza como la sal o los metales como el Oro
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El metal es duro, se puede transportar mejor, se puede fundir y volver a utilizar. De aquí procede la expresión «pagar en metálico». El oro es probablemente el metal que ha sido y sigue siendo un bien preciado y seguro, quizá por su escasez y dificultad de extraer. Por tanto, el metal fue el material predilecto para que las sociedades comenzasen a usarlo como moneda de cambio. El hombre fue asignando valor a las cosas de una manera subjetiva según su escala de valores y la ley de la “oferta y la demanda” (entre otros aspectos) en forma de monedas.
La circulación de monedas en el mundo antiguo tuvo una repercusión muy importante en el desarrollo de la economía y supuso grandes cambios culturales y sociales sobre el modo de entender la riqueza. Hasta entonces ésta, se basaba en las posesiones de tierras y propiedades, no tanto en la fortuna sustentada en monedas. Este hecho contribuyó a intensificar las desigualdades sociales, ya que los ricos se hicieron más ricos y los pobres más pobres.
El gran cambio se produce hacia el siglo XV cuando el dinero cambia de manos mediante las anotaciones en cuenta y los pagarés o promesas de pago. Estos pagarés, provenían en muchas ocasiones de los orfebres que custodiaban el oro y las joyas de las familias adineradas. Los resguardos emitidos por ellos, dotaban a un papel una validez tal como los bienes salvaguardados. Por tanto finalmente llegaron a ser monedas de cambio.
En consecuencia, es posible considerar que estaban llevándose a cabo una serie de transacciones virtuales con el fin del intercambio de bienes o servicios.
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La Actualidad
Si nos paramos a pensar, a día de hoy la mayoría del dinero se mueve electrónicamente bajo grandes cantidades de datos custodiados por los bancos y tan solo, una pequeña parte del dinero que circula, lo hace en forma de billetes o monedas.
Bitcoin, es la moneda de mayor fama y como ocurrió con Kleenex para denominar a los pañuelos de papel, ha ocurrido con las monedas digitales.
Existen más de 100 monedas con un valor de más de 4000 millones de dólares según datos de Coinmarket (Aquí podréis ver la cotización de todas ellas). Por eso cuando se habla de monedas digitales es sinónimo de Bitcoin, aunque realmente es una moneda de las muchas que existen a día de hoy.
El bitcoin, es un código informático único, guardado y registrado por el mismo usuario, pero a su vez, este código es controlado por todos los usuarios en tiempo real siendo la comunidad de usuarios la que garantiza el funcionamiento correcto de la moneda. La tecnología que la soporta, asegura que es computacionalmente fácil verificar las transacciones y casi imposible introducir transacciones falsas.
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Lo verdaderamente novedoso de las monedas digitales como el Bitcoin, es su desarrollo tecnológico y la forma que cambia de manos ese dinero, con la descentralización como protagonista.
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La información es almacenada en bloques de software formado cadenas cronológicas de información, y de ahí viene el nombre de cadena de bloques o blockchain, que es la tecnología que usan las criptomonedas.
Hecha esta diferenciación, quizá alguno habréis podido deducir que, realmente si, es el usuario el que garantiza el funcionamiento del sistema, ¡la figura intermediaria en las transacciones desaparece!
Como ha ocurrido en todas las revoluciones industriales, (y ésta no va a ser una excepción) traen grandes transformaciones económicas, tecnológicas y sociales, por lo que las organizaciones que no se adapten a este cambio simplemente desaparecerán.
Para los bancos y estados es una amenaza en potencia ya que en teoría las monedas digitales prescinden de la figura intermediaria en las transacciones. Por eso entidades como BBVA o Bankinter ya han empezado a colaborar en startups como Coinbase y Coinffein respectivamente. Coinbase, es un sitio de referencia en el intercambio de monedas virtuales.
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Los bancos que no sepan entender la nueva forma de finanzas mediante economía colaborativa y participativa entre particulares, están destinados al fracaso.
(click para twittear)
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Google, Amazon, Facebook y Apple, conocidos actualmente con el término GAFA, no quieren quedar atrás en este nuevo mundo de las monedas digitales y planean su propia estrategia para entrar a formar parte de este gran pastel.
Amazon creó en 2013 Amazon Coin, su propia moneda con la que beneficiarse de suculentos descuentos en todos sus servicios. Aunque por el momento estas compañías, seguirán usando mayoritariamente las infraestructuras de operadoras y bancos tradicionales, pero el día que el desarrollo de bitcoin sea una realidad cercana a cada uno de nosotros ¿qué ocurrirá?
Las monedas estables, una manera de enfrentar la incertidumbre
En respuesta a todo esto, por la desconfianza que genera una moneda sin una entidad detrás para usuarios, la falta de intereses detrás para entidades y los miedos unidos a la falta de control por parte de estados, aparecen las Stablecoins.
Las stablecoins o monedas estables, son criptomonedas con sistemas detrás de ellas, que aseguran una cierta estabilidad frente a diversas situaciones del mercado y mantienen un precio con pocas variaciones. Dentro de estas hay varios tipos.
- Stablecoins colateralizadas (respaldadas) con ciertos activos fíat detrás como el Dolar como es el caso de Tether
- Apoyadas por otras criptomonedas como es el DAI una criptomoneda respaldada por el valor de los Ether, que es la moneda nativa del Ethereum, plataforma descentralizada para que los usuarios pudieran crear y ejecutar contratos inteligentes.
- Otras stablecoins respaldadas por bienes (metales preciados, inmuebles) como el oro en el caso de Digix ó Pax Gold
- Hay otras criptomonedas que no están apoyadas por activos físicos, pero que están controladas por algoritmos con la finalidad, igualmente, de evitar la volatilidad. Sería el caso de Basecoin.
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Las stablecoins son monedas digitales basadas en tecnología blockchain con sistemas bajo ellas que aseguran cierta estabilidad de mercado, pero que carecen de la esencia que posee Bitcoin.
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Libra ha sido otra stablecoin creada por Facebook y respaldada por unas 100 empresas como Uber, Spotify o Shopify. Tres meses después de su lanzamiento en 2019, el Banco Central Europeo alertaba de que Libra podía amenazar la política monetaria de la Unión Europea y comienza a perder fuerza con el abandono del respaldo de compañías como Paypal, Visa, Mastercard o Ebay que inicialmente estaban dentro del grupo.
El proyecto ha cambiado tanto que incluso lo ha hecho de nombre. Whatsapp ha anunciado ya la futura posibilidad de realizar transacciones.
Desde mi punto de vista las stablecoins, pierden la esencia inicial por la cual aparecieron las primeras monedas basadas en tecnología blockchain y no es otra que la descentralización, esto es, tienen la necesidad general de que existan terceros tales como entidades o empresas que custodien / verifiquen.
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Futuro
¿Qué ocurrirá en el futuro? ¿Se potenciará más el uso de las stablecoins? ¿quizá el Bitcoin no terminará siendo una moneda de cambio?.¿Por qué realmente todavía no estamos gastando y gastando monedas digitales o criptomonedas masivamente?.
Es algo que aún no se sabe a ciencia cierta, pero la realidad es que el usuario actual de a pie, aún no percibe un problema en pagar con el dinero actual o no ve un notable beneficio al hacerlo con la nueva tecnología.
¿Cómo podríamos incentivar este cambio? Esa es la pregunta que me haría yo si quisiese iniciar una nueva idea en relación a los criptoactivos, ¿quizá mejorando la seguridad? aunque, a pesar de los numerosos escándalos relacionados con robos de monedas y fraudes, la realidad es que ha demostrado ser una tecnología casi inviolable.
En definitiva, esta nueva tecnología tarde o temprano entrará en nuestras vidas y de un modo u otro, la transformación digital también llegará a la manera que tenemos de entender las transacciones. La tendencia en internet es la democratización de productos o servicios a los que antes podían optar sólo unos pocos. En ese sentido, la desintermediación elimina figuras entre los consumidores finales.
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